lunes, 15 de marzo de 2010

estratègies

He intentat comportar-me com una persona intel·ligent i prendre una decisió que em portés beneficis per mi i només per mi. A veure, la cosa ha anat així. Després de sopar he tingut el plaer de menjar-me la millor mandarina del món. Era tan bona, tan bona, que es clar, volia més mandarina, i n'he agafat una altra. Però he parat en sec perquè he pensat en les conseqüències (això la gent intel·ligent ho fa molt). Ja sabia que no seria bona, ja sabia que no podia projectar tanta càrrega a aquella segona mandarina. Ja sabia que la pobra desgraciada no resistiria la pressió. I he tancat la porta de la nevera, convençuda d'estar fent el que havia de fer, convençuda que estava donant una oportunitat a la segona mandarina de demà ser la primera, i m'estava donant una oportunitat a mi, de demà tornar a menjar la millor mandarina del món. Mooooolt bé. I ara la segona mandarina està a la nevera. I jo estic aquí. I no estic tranquil·la. Ni estic contenta. Ni estic millor. Però estic intel·ligent.

martes, 2 de marzo de 2010

vidas mechero

Lo intenté, señor Galeano, intenté machacarle a usted y a su "mundo" pero no he podido.
En un ataque de raciocinio que me agarró, intenté explicarle que yo no sé en Neguá, ni tampoco en el alto cielo, pero que aquí, la vida humana la contemplamos por la tele y que si no nos gusta, cambiamos de canal. Oh, bonita imagen la de que cada persona brilla con luz propia, pero que aquí, señor Galeano, la luz brilla mejor sin las personas. Y muy lograda la metáfora de los fueguitos, sí señor: fuegos grandes y fuegos chicos, fuegos serenos y fuegos locos, y también fuegos bobos (que haberlos haylos). Pero que aquí, somos fuegos más tipo mechero. Tipo que nos perdemos y ya no sabemos donde estamos. Tipo que no sabemos de donde hemos salido ni como hemos llegado hasta aquí. Y los fueguitos esos últimos, esos que arden la vida, ya lo han ardido todo y solo nos han dejado el olor a chamusquina, pirómanos egoístas.
Pues sí, señor Galeano, todo eso intenté. Raciocinio cínico-chungo lo intentó, pero. Don Pero, pequeño gran muro de contención, se armó de nuevo, y buf, menos mal, ya me lo creo todo otra vez, señor Galeano. Gracias. Gracias por sus abrazos, que aunque le quemen un poco a Raciocinio, que se joda, que siempre valen la pena.